52 testimonios en el 50 Aniversario. Generación 1968.

 

La idea de Audrey Franco de preparar este libro me pareció brillante y consideré que no deberíamos desaprovechar esa gran oportunidad.

La entrevista que hizo para compartirles mi testimonio me causó una fuerte emoción ya que al recordar llegaron a mi mente fantásticas imágenes de mis vivencias en la Facultad.

Comentar este libro, un privilegio para mí. Como se muestra en los testimonios  para elegir nuestra carrera la mayoría tuvimos la influencia de excelentes maestros de química, física y matemáticas en la secundaria o en la prepa. Algunas de nuestras compañeras tuvieron obstáculos en su familia para estudiar una carrera de química, les decían que mejor estudiaran una carrera corta. Algunas compañeras que estudiaron ingeniería química, les decían que esa era una carrera para hombres.

La mayoría coincidimos en que al llegar por primera vez a la Facultad nos pareció impresionante el edificio A, lo majestuoso y lo grande que están los salones de la perrera, 100 alumnos. La mayoría veníamos de escuelas de provincia y de escuelas privadas, donde los grupos son pequeños, donde no se contaba con carreras relacionadas con la química.

Cada quien comenta como le fue en la perrada, sobre todo los compañeros a quienes nos pelaron o nos tuzaron, según con “catálogo y estilo”, ajedrez, el olímpico, noche y día, etc. A otros los hicieron declararse a las compañeras en el patio, etc.

En lo que a todos nos sorprendieron en el salón fue que alumnos de semestres superiores se hicieran pasar por maestros; entonces nos pedían comprar una caja de vectores, muchos libros en ruso, uno traducido al alemán y pocos en inglés.

En el primer semestre casi todos sufrimos mucho para adaptarnos al alto nivel de estudios; el poder entender plenamente las clases, algunos compañeros venían con deficiencia en matemáticas, entonces como entender bien fisicoquímica y Física, entre otras,  Ingeniería Química. Destacaban los que venían del CUM y del Colegio Alemán, quienes traían un nivel superior, a la mayoría, eso nos ayudó para que los profesores bajaran al nivel de la mayoría.

Otra dificultad fue que por primera vez tuvimos que estudiar en libros en inglés, tardábamos mucho tiempo en traducir una hoja y luego para entender los conceptos.

Muchos no habían reprobado una materia en su vida, venían con altos promedios de la Prepa, alguien se sacó 4 y ya quería cambiarse de carrera. La maestra Celia Alcántara ponía calificaciones de -1 ó -2, por eso Toño Luna Miranda no podía creer que se había sacado 7. El Maestro Carlos Bolívar nos preguntaba, que calificación cree que saco, alguien dijo 8 y le respondía, tiene 4, que frustración para este compañero acostumbrado a obtener 9 y 10; dijo luego, Canales Fájer Carmen, cual piensa que fue su calificación, 7 maestro, pues tiene 10.

Y así las sorpresas, en el primer semestre muchos pensamos que era suficiente  pasar todas las materias aunque fuera con bajas calificaciones. Nuestros queridos compañeros que venían de Pachuca, hicieron prepa de dos años, tenían cursos anuales y solo tenían el examen final, aquí se acostumbraron a brincar riata con mole y a presentar exámenes parciales, algunos con mucha frecuencia y el examen final. Los estudios transcurrieron entre esfuerzos, desveladas y emociones.

El segundo semestre lo iniciamos adaptados a la Facultad, con mayor autoconfianza y entusiasmo.

 

Francisco Nieto Colín

Miembro de la Generación 1968