Un grupo de egresados de la Facultad de Química y del Tecnológico de Monterrey obtuvo el tercer lugar del Premio Santander a la Innovación Empresarial 2020, en la categoría de Idea, por desarrollar una novedosa tecnología de captura y utilización de dióxido de carbono (CO2), la cual permite convertir este gas contaminante en etanol y etileno, sustancias que utilizan para generar electricidad, combustibles y precursores de plásticos.
Este desarrollo podría generar diversas patentes y contribuir, además, a mejorar las condiciones ambientales y la calidad del aire, a fin de frenar el calentamiento global, explicaron Daniel Cano Jiménez, de Ingeniería Química (Generación 2013) y Eduardo González Cervantes, de Química (Generación 2015), ambos de la FQ; así como Sara Zetune Atri, ingeniera en Desarrollo Sustentable por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, quienes crearon la empresa Carbon Power México (actualmente Quimineral) para ofrecer esta tecnología al sector industrial.
Añadieron que otras industrias en las que podría aplicarse el proceso serían la cementera, la de refinación, en transporte marítimo y aéreo, así también como en la industria de generación eléctrica por medio de quema de carbón, combustibles fósiles o de generación de ciclo combinado.
Con este desarrollo, los jóvenes emprendedores han obtenido distintos reconocimientos nacionales e internacionales: fueron finalistas en 2018 en el 30 Segundos por México, certamen convocado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y las firmas New Ventures y AT&T; en el mismo año, obtuvieron el cuarto lugar en el concurso X Challenge (antes conocido como Greentech Challenge, organizado por la empresa Green Momentum.
Fueron semifinalistas en el Heineken Green Challenge 2020, realizado en Monterrey, además ganaron el tercer lugar en los concursos Siemens Energy Transformation Challenge México 2020 y el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2020, en la categoría de Idea, respectivamente.
“El dióxido de carbono es un gas de efecto invernadero y contribuye al calentamiento global; lo que hacemos es tomar este gas y dejar de verlo como residuo, para considerarlo como materia prima, pues mediante el reactor y el proceso que desarrollamos, podemos convertirlo en sustancias valiosas para la industria, como el etanol, el cual está presente en combustibles y bebidas alcohólicas, o bien, el etileno, un precursor casi universal para la industria”, señaló en entrevista Eduardo González, quien se desempeña como director de Tecnología de la empresa.
La tecnología desarrollada, añadió, tiene potencial para expandirse a otro tipo de sustancias: “Cerramos un ciclo industrial abierto como es la quema de combustibles que producen CO2, el cual se va a la atmósfera; capturamos este gas en sus fuentes directas de emisión y lo insertamos a un ciclo productivo para reciclarlo”, expuso.
Por su parte, Daniel Cano explicó que la tecnología está en la etapa del escalamiento, pues el prototipo de laboratorio ya funciona, a partir de un electrolizador integrado por un sistema en donde se usa electricidad, agua, membranas y un catalizador.
“Ahora, este equipo a nivel laboratorio lo queremos hacer en un tamaño 10 o 15 veces más grande y adecuarlo a una planta de cerámica ubicada en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, llamada C. Orozco, para volver a esta planta la primera unidad en su tipo libre de emisiones en todo el mundo”, afirmó también Daniel Cano, quien se desempeña como director Ejecutivo.
Eduardo González señaló que el cálculo del mercado de captura y uso de carbono será de cuatro trillones de dólares para 2050, “así que es un área en aumento y con el cambio climático, con la modificación de paradigma en las fuentes de energía, este tipo de líneas de trabajo serán relevantes”.
A mediano plazo, el grupo se plantea mitigar y utilizar las emisiones de la fábrica de cerámica del Estado de México y, más adelante, aportar esta tecnología a los procesos de industrias como la cementera o acerera, en donde se genera mucho dióxido de carbono, a fin de mejorar procesos y hacerlos menos contaminantes.
Para ello, es necesario concluir las pruebas en el laboratorio y aplicar la tecnología en un simulador. Asimismo, los emprendedores buscarán obtener la patente del dispositivo a nivel laboratorio y, eventualmente, con cada escalamiento, se podrían generar más patentes; por ejemplo, cuando se tenga un electrolizador de mayor capacidad, también se podrían patentar los catalizadores que desarrollen para generar las diferentes sustancias (como etanol y etileno).
En opinión de Eduardo González, la UNAM proporciona todas las herramientas para enfrentarse a grandes proyectos, incluso a aquellos que están en los límites de la ciencia: “La Facultad de Química tiene un excelente nivel y te da los elementos para entender a un nivel profundo la Química, desde una perspectiva molecular. Les diría a los estudiantes de esta Facultad que no le teman a emprender desafíos difíciles, porque cuentan con lo necesario para hacerlo”.
Finalmente, Daniel Cano consideró: “hacen falta más emprendedores, más empresarios; coincido en que la UNAM nos da todas las herramientas necesarias para ir en ese sentido. Quizá, se podría dar más fuerza a los planes de estudio, a las habilidades necesarias para plantear un proyecto, cómo buscar capital y socios. Aplicar lo que estamos investigando a la realidad es un tema clave”, concluyó.
Los dos universitarios, además de Sara Zetune Atri, Directora de Sstentabilidad de la empresa, pueden ser contactados en las siguientes redes sociales; https://mx.linkedin.com/company/carbon-power-mexico
José Martín Juárez Sánchez
Este artículo fue tomado de forma íntegra de la página oficial de la Facultad de Química