Químicas
Durante el movimiento solo fui a alguna asamblea, lo que no me gustó fue que en una ocasión estaban algunos compañeros haciendo una colecta, no sé de dónde eran, no sé si eran estudiantes (yo no los identifiqué como compañeros de la Facultad), pero sí eran muchos jóvenes, de repente se apartaron y escuché como uno le decía a otro: “ya juntamos bastante, vámonos a Acapulco”. ¡Qué gacho!
Yo creo que en todo movimiento siempre hay esos riesgos, por ejemplo, que existieran personas que utilizaron la bandera del movimiento para su propio beneficio.
Q. María Eugenia Alonso Barquera
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México
En el segundo semestre empezó el conflicto estudiantil y varias facultades se fueron a la huelga: Ciencias, Ciencias Políticas, Ingeniería y la Facultad de Química fue una de las últimas en entrar, la verdad no tengo muy presente quienes estaban al frente de ese movimiento en la Facultad. Yo iba de mi casa a la escuela y de la escuela a mi casa, así todos los días, nunca fui a alguna asamblea ni nada por el estilo.
Q. Bertha Patricia Brito Ramírez “Patricia Brito”
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México
Antes de entrar a la Facultad estuve trabajando en la Agencia Alemana de Noticias que recién abría una oficina en México, ésta requería tener corresponsales que cubrieran las olimpiadas, sin embargo, llegaron una gran cantidad de expertos en política que deseaban conocer la situación de nuestra ciudad después de la toma de las instalaciones de Ciudad Universitaria. Desde agosto de 1968 me invitaron a trabajar con ellos como traductora.
El día dos de octubre tenía que ir al Centro de Prensa que estaba dentro de la Villa Olímpica, una de mis hermanas y dos amigas me acompañaron porque después de mi cita íbamos a ir al mitin de la Plaza de las tres Culturas. Me tardé más de lo esperado y cuando llegamos a la casa mis papás nos esperaban angustiados, nos platicaron que llevaban una hora escuchando balazos y decidimos ir a ver qué sucedía.
Mi papá nos dio instrucciones exactas de cómo regresarnos a la casa si había algún problema y nos dijo que corriéramos sin detenernos hasta llegar a la casa, llegamos cerca de la plaza que el ejército tenía acordonada e intentamos entrar hasta que nos encontramos con las bayonetas de los soldados en nuestros pechos. Regresamos a la esquina de Calzada Vallejo y San Simón un grupo de vecinos veíamos cómo se estaba quemando un camión de pasajeros en una esquina, cuando salió una camioneta llena de granaderos disparándonos. En ese momento, por supuesto, corrimos hasta llegar a la casa, sin entender por qué los policías habían disparado a los grupos de vecinos. Afortunadamente no nos pasó nada. Por supuesto buscamos el noticiero de Jacobo para saber qué había pasado y ¡no comentó nada! ¡Habló de clima!, después supimos que la represión había sido brutal y que incluso una amiga del Colegio Alemán había muerto en la balacera.
Después de varios meses se levantó la huelga y regresamos a clases.
Q. Audrey Hazel Franco Coops
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México
A mitad del segundo semestre estalló la huelga; como jóvenes que éramos en esa época, pecábamos de idealistas. Al inicio del movimiento nos presentaron una oportunidad de cambiar la situación en México y todos queríamos participar, pensábamos que eran intereses genuinos y que todos perseguíamos, que debía haber igualdad y bienestar para todos. Creo que éramos más ingenuos que los jóvenes de ahora, jamás pensamos que hubiera tantos intereses creados, como al final nos dimos cuenta.
Al principio lo viví con ilusión y con un grupo de compañeros me iba a asambleas, pero poco a poco me di cuenta que eran muchas voces las que hablaban y que todas querían algo distinto. Hubo un momento que en mi casa me cuestionaban el por qué iba a la Universidad. Mi tía y mi hermana se dieron cuenta de que en ocasiones llevaba a la casa el bote y los panfletos y ya no me dejaron regresar a la Facultad.
Uno de mis hermanos vivía en Estados Unidos, era marine, mandó preguntar por mí y por lo que estaba haciendo, me comentó que la CIA estaba en el movimiento y que tuviera cuidado. Mi familia tenía temor de que yo estuviera en un problema y que eso influyera en la situación de mi hermano que en ese momento buscaba adquirir su nacionalidad estadounidense, por ello me enviaron a Puebla con mi abuela materna y sólo regresé cuando se había levantado la huelga e íbamos a regresar a clases.
Q. María Eugenia Barrera Castañeda
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México
Con la huelga yo no pensé en ir a la Ibero, con dificultades me dejaban ir a la UNAM y para ir a la Ibero había que pagar colegiatura yo no tenía para ella. Memo me platicó que la marcha del silencio fue impresionante, lo que no le pareció es que en otra marcha llegaron a Palacio Nacional y todos se pusieron a gritar “Chango Ordaz” ¿dónde estás? “. Yo no fui a ninguna marcha, porque en casa me tenían casi con grilletes.
No participé mucho en el movimiento. El día de la matanza de Tlatelolco mis papás estaban en el grito, recuerdo que habíamos ido a la escuela y nos habían dejado hacer un trabajo, alguien dijo que fuéramos a estudiar a la Biblioteca del Congreso del Trabajo en el centro. Llegué entre ocho y nueve de la noche a mi casa y todos estaban “colgados de la lámpara”. “Ya estábamos buscando y buscando dónde encontrarte, porque seguramente andabas en la Plaza. Pues, ¿qué pasó?
El movimiento era de estudiantes cuando comenzó, pero a la mitad ya veías que llegaban personas que eran comunistas, gente que empezó a destacar en ese momento y que después ya estaban en puestos políticos.
Lo máximo que nos pudo haber pasado fue regresar a la Facultad.
Q. Rosario Rebolledo
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México
Durante el movimiento sabía que había problemas, manifestaciones y que estábamos en huelga. Siempre preguntaba si iba a haber clases; si había, me quedaba y si no había, me regresaba a casa. Yo realmente no participé en el movimiento.
Mi familia sólo me decía que me cuidara; uno de mis hermanos estudiaba en la Facultad de Derecho y él si participaba en el movimiento, incluso estuvo en Tlatelolco y llegó a la casa sangrando porque salió huyendo de ahí como pudo, tengo la imagen de sus libros de Derecho Romano con sangre.
No recuerdo que me haya regresado a Loma Bonita, ni mi papá me pidió que lo hiciera. Los cambios en mi forma de vida en ese momento obedecieron más a los cambios globales que al movimiento. Los finales de los años 60 fueron una época de cambio en todo el mundo, en la música, en la moda y yo adopté algunos de esos cambios. Aunque no era en realidad rebelde, si cuestionaba todo.
Q. Adela Reyes Rodríguez
Tomado de Hazel F. (2018). 52 Testimonios en el 50 Aniversario. Facultad de Química, Generación 1968. CDMX, México