Obtiene egresado de la FQ el Premio Rotoplas-FUNAM 2021

Andrés Cicerón Monroy, egresado de IQ, plantea implementar un humedal artificial modular para tratamiento de aguas

Andrés Cicerón Monroy, egresado de la Facultad de Química, obtuvo el segundo lugar en la primera edición del Premio Rotoplas-Fundación UNAM 2021, en la categoría de Licenciatura, el cual promueve y reconoce la investigación y la innovación en materia de tratamiento de aguas.

El trabajo de tesis Instalación y evaluación del arranque operativo de un Humedal Artificial Modular piloto para tratamiento de aguas grises mezcladas con orina, presentado por el egresado de la carrera de Ingeniería Química, se concretó en la escuela primaria General Luis Peniche Vallado, en San Miguel Zapotitla, alcaldía Tláhuac, para reutilizar aguas tratadas en el riego de jardines o lavado de superficies.

Víctor Manuel Luna Pabello, asesor del trabajo de tesis y académico del Departamento de Biología de la FQ y coordinador general del Grupo Académico Interdisciplinario Ambiental (GAIA), señaló en entrevista que este sistema retoma gran parte de la tecnología desarrollada durante más de 30 años en esta entidad, relacionada con humedales artificiales y tratamiento de aguas residuales domésticas e industriales.

Luna Pabello explicó que, para el desarrollo del proyecto, realizado en el Laboratorio de Microbiología Experimental a su cargo, se utilizó un sistema de humedal de flujo subsuperficial con descarga de agua en un humedal de flujo superficial, el cual cuenta con un tipo de plantas, grava y arena. 

Para el tratamiento de agua, detalló junto con Andrés Cicerón Monroy, se recolectó y almacenó el líquido del lavado de trastes y manos, además de la descarga de sanitarios (orina), de tal manera que esta mezcla tuviera una proporción adecuada de nutrientes para las plantas y, a su vez, permitiera remover los contaminantes y obtener el agua para su posible reúso en jardines o en limpieza. 

Agregaron que el sistema de humedales artificiales tiene ventajas como el bajo o nulo uso de energía, pues funcionan con gravedad, utilizando principios basados en la naturaleza, en donde se pueden emplear plantas vasculares, rocas, arenas o gravillas; la estrategia es acomodarla para que el agua fluya de manera gradual y se limpie conforme avance en el sistema. Asimismo, son estéticamente agradables y pueden construirse por módulos y acorde a la geometría de la superficie disponible, apuntaron. 

“Las gravas sirven de filtro físico y de crecimiento para los microorganismos, los cuales limpian la materia orgánica, hacen un sistema de biodesinfección porque consumen las bacterias enteropatógenas; las plantas administran oxígeno, quitan nutrientes que para el agua son contaminantes y para ellas son benéficos”, detalló el académico. 

Para implementar este sistema en la escuela primaria, se llevó a cabo una consulta con los usuarios, padres de familia y personal educativo. Además, se contó con recursos otorgados por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México. La construcción estuvo a cargo de la empresa Grupo Multidisciplinario Integral GMI S.C. (conformada por egresados de la FQ), coordinada para este proyecto por Mónica Rodríguez Estrada, también académica de la FQ y supervisora de la tesis.