La UNAM y el CRT establecen convenio de colaboración
El Consejo Regulador del Tequila (CRT) reconoció a la Facultad de Química de la UNAM y al Centro Mario Molina con el Premio Espíritu Agave Tequila, en la categoría de Ciencias Químicas, por sus aportaciones a la investigación científica que ha permitido mejorar los procesos de producción, calidad y trazabilidad de este producto mexicano.
En el marco del 50 Aniversario de la Denominación de Origen del Tequila (la primera lograda para un producto mexicano), este Consejo distinguió a los docentes de la FQ Humberto Gómez Ruiz y Eduardo Bárzana García.
Asimismo, la UNAM y el CRT firmaron un convenio de colaboración para realizar actividades científicas, académicas y culturales en áreas de procesamiento industrial, de análisis químicos y análisis de isótopos estables, entre otras.
Respecto de las aportaciones de la UNAM a la industria del tequila, el Director de la FQ, Carlos Amador Bedolla, destacó en entrevista la creación del Laboratorio de Análisis de Isotopía del CRT en donde además se llevan a cabo estudios especializados de distintas sustancias presentes en esta bebida, la cual tiene gran cantidad de compuestos químicos naturales.
“Estas sustancias deben ser analizadas con dos objetivos: ver la naturaleza de este producto y cumplir con las normas de los países que importan tequila”, enfatizó. Para ello, apuntó el Director, los protocolos que se requieren a fin de realizar estos análisis se establecieron a partir del trabajo de Humberto Gómez Ruiz, académico de la Facultad.
En este sentido, el ex director de esta entidad, Eduardo Bárzana García, indicó que además de las técnicas sofisticadas que desarrolló el equipo de la FQ, esta Institución también se encargó de capacitar al personal que desarrolla los análisis.
En tanto, Humberto Gómez Ruiz, quien forma parte del Departamento de Química Analítica de la FQ, recordó que esta Institución “lleva muchos años capacitando a esta industria, aún antes de la existencia del Consejo Regulador del Tequila, pues participó con la Cámara Tequilera preparando a su personal para realizar estudios de control de calidad”.
Asimismo, resaltó que para toda esta labor se ha contado con el apoyo del también docente de esta Facultad Fernando Barragán Aroche, quien ha asesorado al grupo de trabajo en procesos de destilación.
Premios Tequila
La Facultad de Química inició una relación con el CRT desde hace algunos años, en atención a una convocatoria de la Comunidad Europea, en la cual se solicitaban proyectos para aprovechar los residuos de la industria tequilera (bagazo) para darles un valor agregado, recordó más adelante Eduardo Bárzana.
“Esa convocatoria requería la participación de por lo menos tres instituciones de Europa y tres de Latinoamérica. Así, ante esta invitación que hicieron los colegas franceses, por parte de México nosotros invitamos al Centro Mario Molina y, como se necesitaba la colaboración con la industria, entramos en contacto con el CRT”, añadió.
Ese proyecto, con título Babethanol, fue muy importante y tuvo resultados interesantes, por lo que después se realizó el proyecto Babet-Real 5 para alcanzar una mayor escala de madurez tecnológica (TRL). “A partir de ello el CRT nos ha invitado constantemente a darles capacitación, talleres y conferencias”, precisó también Bárzana García, a quien el Consejo Regulador del Tequila otorgó dos premios, uno por el Centro Mario Molina, del cual es director ejecutivo, y otro de manera individual como profesor e investigador de la FQ.
Por su parte, Humberto Gómez Ruiz fue reconocido por el trabajo que ha desarrollado recientemente con el CRT, a través del Laboratorio de Análisis de Isotopía, el cual busca una marca química en los productos de tequila que permita poder distinguir este producto, a nivel de aduanas de países importadores para evitar marcas piratas.
“Llevamos tiempo trabajando en este nuevo Laboratorio que se instaló en el Consejo, creando un banco isotópico del tequila mexicano. A la fecha se cuenta con más de 4 mil muestras analizadas, en donde se tiene la mejor huella isotópica del tequila mexicano a nivel mundial”, subrayó Gómez Ruiz.
Con todo este trabajo de investigación, indicó también, la certificación de origen va desde el agave sembrado en campo, donde hay un registro del productor y de la compañía que compró el agave, hasta cómo se produjo, con lo que se logra una trazabilidad a partir de la materia prima: “Esto permite generar un banco isotópico que hace posible determinar las fuentes de origen de un tequila, lo cual les ha permitido a las compañías defender su producto en mercados internacionales”.
La denominación de origen es el proceso a través del cual un producto se declara como único y especial, en el caso del tequila mexicano, éste se produce en las regiones de Jalisco, Guanajuato y una pequeña zona de Tamaulipas, entre otras.
José Martín Juárez Sánchez
Yazmín Ramírez Venancio